“Conocer el arte de impresionar la imaginación de las masas equivale a conocer el arte de gobernarlas.” Gustav Le Bon
Cuando se es político profesional es necesario hablar mucho: no importa solo lo que dices sino sobre todo cómo lo dices. Si las personas no se reúnen a tu alrededor cuando hablas, debes mejorar tanto tu discurso como la forma en la que lo pronuncias. Un consejero de oratoria podría ayudarte a que tus discursos sean más impactantes.
El discurso debe contener varias ideas principales, claramente expresadas para que los demás puedan entenderlas. Lo mejor es abordar las preocupaciones de las personas. Si hablas de ellos y de la forma en la que les ayudarás a sobrellevar las dificultades, te escucharán. Las ideas interesantes pueden atraer a la audiencia pero no hay garantía de que la gente también te siga. Movilizar a las personas no se logra con ideas sino con emociones. El poder de influencia está determinado por el patetismo de tu discurso, ya que la emoción intensa llama a la acción. Este efecto es más poderoso en multitudes más grandes. Como dijo Gustav Le Bon, los oradores que son capaces de conmover a las masas “siempre apelan a la emoción, no a la razón” [1]. Para movilizarlas es necesario tanto pronunciar un discurso inteligente como hacerlo para despertar emociones intensas. Todo está en el ritmo y el tono que uses. Las inflexiones correctas pueden ayudarte a hipnotizar a los demás, reafirmarte e incitar a tus oyentes a actuar en pos de tu objetivo. Comienza tu viaje hacia el éxito con este volumen https://memobooks.net/es/.
Bibliografía
[1] G. Le Bon, Psihologia mulțimilor, ANIMA, 1991.
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