«La voz es algo salvaje. No se puede reproducir en cautividad». – Willa Cather
Todos sabemos que gritar puede ser catártico. Cuando nos sentimos ansiosos o tensos, nos ayuda a soltar las emociones negativas y a sentirnos un poco mejor.
La voz tiene un tono y una intensidad acústica diferentes cuando gritamos (o chillamos) que cuando hablamos. La intensidad acústica de la voz al hablar es de unos 55-65 dB1 pero cuando gritamos, son unos 80-120 dB. ¡Algunas personas2 pueden incluso gritar hasta tal punto que sus gritos tienen una intensidad acústica a la altura de los sonidos emitidos por los motores de los jets!
Los efectos de los gritos en los seres humanos han sido analizados en numerosos estudios científicos de psicología y neurociencias. Las mediciones realizadas con equipos de resonancia magnética funcional han demostrado que los gritos producen efectos diferentes en quienes los emiten que en quienes los oyen. Los neurocientíficos han descubierto que el cerebro de las personas que gritan activa el sistema límbico y segrega endorfinas, lo que hace que se calmen. Sin embargo, oír gritos ajenos puede desencadenar un fuerte estado de alerta3 y emociones negativas intensas.
Muchas técnicas de descarga nerviosa basadas en gritos se utilizan ahora en psicología,4 la primera de este tipo fue impulsada en la década de los años 70 por el Dr. Arthur Janov [1]. Creía que la curación de los problemas psíquicos causados por traumas infantiles puede lograrse mediante gritos que sólo contienen sonidos inarticulados.5 Según los informes escritos por Janov, muchos pacientes (incluidos James Earl Jones y John Lennon) pudieron lograr un buen equilibrio mental practicando esta técnica [2].
En psicología, se conocen muchas técnicas de descarga nerviosa mediante gritos que pueden practicarse tanto individualmente como en grupos [3]. Estas técnicas se practican, por ejemplo, en Islandia, donde cada año acuden miles de personas de todo el mundo para desahogarse gritando. Los estudiantes de los campus universitarios de Suecia también practican estas técnicas de grupo todas las noches durante las sesiones de exámenes. En los campus universitarios de Suecia (Upsala, Lund, Linköping, Lappkärrsberget), los estudiantes abren las ventanas de las habitaciones a las 10 de la noche y gritan durante una hora para librarse del estrés.6
La liberación de la tensión emocional a través de los gritos ha sido observada e investigada en numerosos estudios científicos. Un estudio de 2023 utilizó equipos de resonancia magnética nuclear para monitorizar los procesos cerebrales de sujetos que experimentaban emociones negativas intensas, a menudo expresadas mediante gritos. [4]. A continuación, se compararon los resultados con los obtenidos de los sujetos otro día en el que, a pesar de sentir emociones negativas, no descargaron su irritación sino que intentaron hablar con normalidad. Durante las dos etapas, se monitorizaron todas las áreas del cerebro de los sujetos relacionadas con las emociones, el habla, la voz, el control del comportamiento, la atención, etc. Los resultados mostraron que el tiempo de descarga emocional era al menos tres veces más corto en todos los sujetos cuando gritaban que cuando hablaban normalmente.7 El estudio concluye que el malestar afecta a nuestro equilibrio emocional si lo guardamos en nuestro interior y recomienda expulsar esas sensaciones mediante la terapia del grito. Esta terapia puede realizarse siempre que sintamos la necesidad y, si nos preocupan los vecinos, podemos utilizar una almohada especial para gritos que podemos comprar en Amazon.
Memo
Agradecimientos: Este texto fue extraído del libro El poder de la voz, con el consentimiento del autor Eduard Dan Franti. El poder de la voz se puede obtener en Memobooks, Apple Books o Amazon.
Notas a pie de página:
- El decibelio (dB) es la unidad de intensidad acústica del sonido. Esto depende de la distancia entre la fuente sonora y el receptor: si la fuente sonora se aleja de nosotros el doble de distancia, entonces el sonido pierde intensidad en una proporción de 6 dB.
- Jill Drake entró en el Libro Guinness de los Récords en 2000 por los gritos humanos más fuertes [5].
- Los investigadores descubrieron que los gritos emitidos por los humanos tienen características acústicas similares a los sonidos de las sirenas de policía [6].
- Amazon ha presentado cojines especiales para relajarse gritando.
- Algunos terapeutas, sin embargo, creen que también puede producirse una descarga nerviosa si los gritos contienen palabras articuladas.
- En Suecia, la terapia del grito se conoce como «grito de Flogsta», por el nombre del distrito estudiantil donde se practicó por primera vez.
- Las mediciones mediante resonancia magnética de este estudio mostraron que gritar activa la amígdala y nos hace estar vigilantes y alertas [7] [8].
Bibliografía
[1] A. Janov, *The Primal Scream*, Abacus Publishing House, 1991.
[2] R. Letzter, «This is Your Brain on Screaming!,» *Screaming Primal Therapy Science*, 2017.
[3] H. Riddle, «Scream It Out: This Unique Form of Meditation and Therapy Could Be Just What You Need,» *Flow*, 2021.
[4] C. A. Brătan, A. G. Andrei, C. Tocilă-Mătăsel, B. Morosanu, B. Ionescu, A. V. Tebeanu, M. Dascălu, G. Bobes, I. Popescu, A. Neagu, G. Iana, E. Franti and G. Iorgulescu, «Initial Insights into Deep Learning Analysis for Detecting Brain Oxygenation Changes from MRI,» 2023.
[5] «Classroom assistant pierces world record for loudest scream,» 6 September 2015. [Online]. Available: Tes.co.uk.. [Accessed 10 May 2023].
[6] L. H. Arnal, A. Flinker, A. Kleinschmidt, A.-L. Giraud and D. Poeppel, «Human Screams Occupy a Privileged Niche in the Communication Soundscape,» *Current Biology*, 2015.
[7] T. Basu, «Scientists Now Know Why People Scream,» *Time*, 2015.
[8] P. Gilchrist and C. Grossetti, «Please explain: Why do we scream?,» *The Lighthouse*, vol. 25, 2022.