“Todas las voces son buenas, pero solo unas pocas personas saben exactamente qué hacer con su voz”. Carmen Ivanov
Cuando hablamos, podemos transmitir varios estados basados en nuestras palabras, ritmo y tonalidad. Por ejemplo, para transmitir tranquilidad, debemos utilizar palabras que sugieran este estado, hablando en tono bajo y con un ritmo lento. Así es como suelen hablar los sacerdotes y los instructores de mindfulness. Si, por el contrario, queremos movilizar a la gente para que actúe como uno solo, debemos hablar usando un ritmo dinámico y una tonalidad media, como hablan los oficiales del ejército y la policía.
No todas las personas tienen la capacidad de inducir estados a otras personas, pero aun así se puede entrenar a través de técnicas de proyección de la voz. Con su ayuda, podemos adoptar un sonido específico de la voz en función de qué estado queremos transmitir. Esta técnica, denominada «hablar hacia atrás», es utilizada por algunos instructores de atención plena. Le da a la voz una especie de eco que ayuda a inducir la relajación. Lo que hacemos es centrar nuestra atención en la parte posterior de la cabeza mientras hablamos, usando un tono bajo. Si no somos capaces de centrar nuestra atención en la parte posterior de la cabeza, podemos imaginar que hay alguien detrás de nosotros, con quien queremos hablar pero no podemos hacerlo cara a cara. El éxito de esta técnica se señala por la aparición de vibraciones finas en la parte posterior de la cabeza y el área del cuello. Algunos practicantes de yoga relacionan estas vibraciones con la activación del chacra Vishhuda, un punto focal energético que ayuda a mejorar las cualidades vocales. La técnica es accesible para la mayoría de las personas y no tiene efectos secundarios, y su eficacia depende de la duración del tiempo en la que se emplea. Te invitamos a experimentarlo y escribirnos sobre tus resultados.
Se pueden encontrar más detalles en el libro El poder de la voz de Eduard Dan Franti. (Memobooks.net)
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