“Los beneficios potenciales de la inteligencia artificial son enormes,
también lo son los peligros.” – Dave Waters
Pocas personas saben que las emociones y las intenciones impregnan nuestra voz. Cada emoción deja un rastro en nuestra voz, una firma específica que puede ser detectada por algoritmos de inteligencia artificial (IA). Un estudio reciente demuestra que la voz puede revelar tanto las emociones que tenemos durante el habla como lo que sentimos antes de hablar. [1] Una situación estresante genera emociones intensas y, obviamente, la voz transmite información sobre esto. Pero curiosamente, los algoritmos también han detectado emociones más tarde, cuando deberían haber desaparecido. Incluso cuando los estudiantes hablaban sobre el clima, por ejemplo, los algoritmos detectaron en sus voces emociones remanentes de un evento estresante que había ocurrido ese mismo día.
Podemos suponer que, en un futuro cercano, la IA podrá «reconstruir» los pensamientos y emociones de uno a través de un análisis detallado de la voz. Una grabación en la que uno habla al azar puede ser suficiente para saber qué pensó o sintió esa persona durante todo el día. La idea en sí es impactante por la noción de privacidad, pero el desarrollo de la IA no se puede detener, ya que es necesario en cuestiones de seguridad. La IA reaviva el conflicto entre privacidad y seguridad, que debe analizarse desde la perspectiva del daño y los beneficios potenciales de la IA.
En algunos campos, el rendimiento de los algoritmos de IA es superior a la intuición del hombre, y con su ayuda se pueden identificar soluciones efectivas para muchos problemas técnicos y sociales, desde seguridad, migración, control de fronteras hasta justicia, administración pública, medicina y agricultura. Volviendo a las aplicaciones relacionadas con la voz, la IA también puede ser útil en la política porque puede desenmascarar a políticos corruptos y mentirosos. Los algoritmos de IA son imparciales y muchos argumentos y acusaciones políticas podrían aclararse con su ayuda. Los ciudadanos estadounidenses pueden averiguar, por ejemplo, si el líder A ha instigado a la multitud a destrozar un edificio gubernamental importante, o si B o C coordinaron en secreto la manipulación de las elecciones. Las agendas secretas de los políticos podrían develarse a través de un análisis de sus grabaciones en Internet. En esas grabaciones ya están impregnadas sus verdaderas intenciones, lo que falta es su desciframiento.
¿Qué crees? ¿Los algoritmos de IA son útiles o peligrosos?
Bibliografía
[1] Șerban Mihalache et all, Lasting emotions – An investigation of short and long term affective content evolution and remanence in speech, ROMJIST, Volume 25, Number 1, 2022, 3-19.
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