“Saber enseñar muy bien es un arte”. Doug Lemov
No todos los profesores enseñan de la misma manera. Algunos son minuciosos y hablan rápido para brindar mucha información a los estudiantes, mientras que otros son relajados y hacen bromas para que sus temas sean fáciles de comprender. A diferencia de otros campos, los profesores son evaluados no solo en función de la competencia, sino también de los resultados que obtienen sus alumnos en los exámenes. Cuanto mejores resultados obtienen los estudiantes, mejor es considerado el profesor.
Que el profesor transmita información a los alumnos es un proceso complejo que depende tanto de las habilidades pedagógicas del docente como de las cualidades y la movilización del aprendizaje de los alumnos. En este proceso, la forma en la que habla el profesor puede enseñar o inhibir al alumno. Ciertos estudios científicos (ver bibliografía más abajo) demostraron, al respecto, que el componente emocional de la enseñanza tiene efectos positivos en los estudiantes y los moviliza para comprender las ideas introducidas por el profesor. Según la investigación, los profesores cualificados que hablan apasionadamente en clase y que hacen bromas mientras enseñan tienen una gran influencia en los estudiantes y los ayudan a comprender incluso los temas más difíciles.
Por lo tanto, la forma en la que los profesores hablan en clase y sus habilidades para transmitir emociones esténicas a través de su voz son aspectos importantes de la enseñanza. ¿Qué crees? ¿Tuviste tales maestros en la escuela? ¿Cuáles eran sus cualidades o qué cualidades querías que tuvieran?
Bibliografía
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[2] S.E. Torok, R.F. McMorris, W. Chi Lin, “Is Humor an Appreciated Teaching Tool? Perceptions of Professors’ Teaching Styles and Use of Humor”, College Teaching, Vol. 52, No. 1, pp. 14-20, 2004.
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